El pasado lunes 11 de mayo, tras las fotos que se hizo
el alcalde Jesús Moreno con personas vulnerables entregándoles una bolsa de comida,
decidí escribirle una carta personal que ahora hago extensible a los ciudadanos.
Creo que una semana después merecía una contestación y al menos un acto de contrición
por su parte. No ha sido así y de veras lo lamento.
Estimado alcalde, estimado Jesús:
He visto, no sin sorpresa, la promoción que haces de
tu imagen en las redes. Sitio al que vas, sitio en el que te promocionas. Lejos
de censurar tu actitud y tu querencia a las fotos, he de decirte que,
sinceramente, hay cuestiones que no son para promocionar, ni siquiera para
sentirse orgulloso.
Las fotos entregando/repartiendo comida a personas en
extrema necesidad, y por lo tanto muy vulnerables, no son de buen gusto. Las
personas que se encuentran en esa situación no pueden elegir; de hecho, si les
dieras a elegir, elegirían no estar en esa situación. La gente quiere,
necesita, recuperar su dignidad y su autoestima y no pregonar su situación y,
además, los señalas.
Te lo dije en un pleno en 2014 y te lo vuelvo a
repetir hoy, seis años después, no puedes ni debes sentirte orgulloso, ni
siquiera sentirte bien por el hecho de dar ayudas, sean las que sean. Es tu
fracaso, es el fracaso de la sociedad, es el nuestro, el de todos. Nos haces
sentir mal.
Puede que tu intención fuera otra, pero eso no
importa, la realidad es que queriéndote hacer promoción, le has hecho daño a la
sociedad tricantina. Y no creas que es a la gente que te da caña o que te
critica en las redes, eso lo llevas de gratis, es a toda esa gente que lo está
pasando mal y necesita acercarse a nuestro ayuntamiento a pedir ayuda y se lo
piensa por si van a ser utilizados con un fin promocional. Hay que ser sensible
con el dolor de la gente, con su situación y protegerlos.
Estamos aquí para proteger a todos aquellos que no se
pueden proteger. Estamos aquí, y hemos sido elegidos representantes de nuestra
ciudad, porque debemos hacer una sociedad mejor, con nuestras diferencias
ideológicas, con nuestras rarezas si me apuras, pero para llevar el bienestar a
los hogares de nuestros conciudadanos.
No has obrado bien, te pido que reflexiones sobre este
tema, y que lo tengas en cuenta para otra ocasión. Es difícil reparar este
daño, pero siempre quedan las disculpas públicas y una rectificación de la
actitud.
Me despido de ti con una reflexión, si me lo permites y un
recordatorio: “el ser humano vale en la medida en que vale para los demás, si
no, solo somos animales”.
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